Así empieza una bonita canción con un claro propósito y
afirmación, conclusiones a las que me va llevando la vida para no ver las cosas
que no quiero, aunque prefiero usar ese sombrero para cubrir la cabeza en días
de chaparrón.
Voy a las motos que es lo mío, lo nuestro…. En estos días
con cierta rebeldía y rabia contenida, usamos las ruedas y el motor para buscar
horizontes, alcanzar la meta paseando a la sombra acompañado, disfrutando y
haciendo disfrutar a personas ajenas a nuestro mundo, durante unos minutos
compartiendo afición previo pago de 2 euros solidarios, o 3 euros por un buen
plato de callos.
Moteros por un día con casco prestado, luchadores de un
futuro mejor sin pataletas, remando todos a una, la ilusión de los más pequeños,
esos que algún día serán moteros de por vida.
La moto tiene numerosas facetas, amiga fiel, amante, compañera
de viaje, herramienta de reparto, utilitario ciudadano, obra de arte, juez y
parte, templo en torno al cual reunir a buena gente.
Recientemente acudí a un evento solidario para recaudar
fondos con mayores y niños, con las personas de los barrios con tantos y tantos
que por los gobernantes son olvidados y desheredados.
Son en días como estos, cuando recuerdas todos tus
errores y tonterías cometidas en tiempos pasados, donde buscas en tu interior
redimir tus pecados, donde mirando a los niños en sus motos de plástico
levantas la cabeza, sacas pecho, sin ser Maestro te transformas en educador educado.
Donde ves la cara y la mirada de aquellos que se suben
a lomos de una moto, por primera vez disfrutan tanto o más que tu, da igual si
llueve o hace sol, estoy aquí para rodar en moto, quiero ser como tú!!!!! Llévame
lejos, acelera ¡!!!!
A la sombra de mi sombra me estoy haciendo un sombrero,
sombrero de largas pajas que he recogido del suelo.
Lo hare con el ala ancha que casi llegue hasta el cielo,
para muchas veces ver las cosas que ver no quiero.
Pero voy a dejar de hacerlo y voy a luchar con dos huevos!!!!!!!
Pequeños gestos... grandes triunfos...
ResponderEliminarEC