Conocí hace ya un tiempo la lucha de Juan Carlos
Toribio, vi sus videos, su forma de vivir, su honor, lealtad, constancia, la
entrega por buscar la seguridad vial, mas allá de su trabajo diario. Se palpa
la pasión por la moto, y quizás como a muchos de nosotros, el recuerdo de
aquellos amigos y compañeros que perdieron la vida en una carretera por
chapuzas sin sentido.
Le admiro desde que le vi por primera vez, algunos
tienen sus ídolos en deportistas, otros en pequeñas personas que hacen nuestras
vidas más fáciles, en esos luchadores sin espada de acero pero con lengua
hiriente y sangrante, esa, imposible de morderse.
Juan Carlos mira de frente a los ojos cuando charlas
con él, se le enciende la vena, se le erizan los pelos cuando tocamos temas
nuestros, ha entregado su vida hasta día de hoy, y mucho me temo para desgracia
de mangantes y administraciones sordas que, hoy por hoy, desataron al animal
depredador que lleva dentro. Después de intentar joderle la vida, se levanta
con más fuerza, temblad malditos!!!!!! Generales apoltronados y trasnochados en
tiempos pasados, lameculos del Politicucho de turno.
Su vida la ocupan más proyectos que recuerdos, sin
olvidar…nunca olvidar….su lazo negro anudado sobre su chaqueta de cuero en su brazo,
son gasolina suficiente para seguir, juguetea caprichoso con el viento siempre
que rueda en moto, son escudo y bandera.
En estos días recorre a lomos de “Damocles” su moto y
proyecto, la piel de Toro con la Asociación Mutua Motera, estudia, trabaja, anota,
actúa, no hay tregua!!!!
Si lo ves acércate, charla con él, es como tú y como
yo, es uno de los nuestros, comparte información, risas, el abrazo fuerte, de
esos que dejan sin respiración, porque cuando se crucen nuestros caminos,
recuerda que no estamos solos, en la soledad de su casco se siente acompañado.
Un Ángel de la Guarda.
Siempre tuyo El Diablo